por A. Alamia A principios de 1900, cuando el racismo y el patriarcado trabajaban horas extra para mantener a las mujeres de color al margen, una mujer se adelantó, impulsada por su brillantez, determinación y sí... electricidad. Madam C.J. Walker no fue solo la primera mujer millonaria hecha a sí misma en Estados Unidos. Fue una fuerza. Una visionaria. Una mujer que reclamó su espacio, su poder y su lugar en el camino—al volante de un auto eléctrico. ¿Espera—ella tenía un vehículo eléctrico?
Para ponerlo en perspectiva: en los primeros años de 1910, solo había unos 34,000 vehículos eléctricos en circulación en todo Estados Unidos, en comparación con más de tres (3) millones de VEs hoy en día. ¿Que una mujer--una mujer de color—poseyera uno entonces? ¡Revolucionario se queda corto! Eléctrica. Elegante. Empoderada.La compañía Waverley era conocida por diseñar autos eléctricos para la alta sociedad. Esa sociedad, por supuesto, rara vez incluía a afroamericanos—y mucho menos a mujeres de color. Pero Madam Walker no esperaba permiso. No solo compró el auto--ella misma lo conducía. En una época donde se le decía a las mujeres que fueran pasajeras en la vida, ella tomó el volante con elegancia y propósito. Un legado impulsado por la visión
Este blog es más que la historia de los vehículos eléctricos—es la historia no contada de las mujeres de color en la energía limpia, la movilidad y la creación de riqueza. Es sobre visibilidad. Es sobre poder. Lecciones de ayer para el presenteLa historia de Madam C.J. Walker no es solo un cuento de éxito—es un plano, una guía. En un mundo donde los vehículos eléctricos vuelven a dominar los titulares y donde la equidad en la energía limpia finalmente recibe atención, su legado nos recuerda que las mujeres de color siempre han sido innovadoras, agentes de cambio y pioneras. Así que la próxima vez que veas a alguien conduciendo un vehículo eléctrico, recuerda quién lo condujo primero: Madam C.J. Walker. En tacones. Con gracia. Y con muchísimo poder. Entonces pregúntate: ¿Quién está conduciendo el futuro ahora? ¿Y cómo estamos haciendo espacio para ellas en el camino? Hasta la próxima, mis compañerxs en la lucha climática—manténganse cargadxs, valientes, y nunca olviden: el futuro es nuestro para conducir.
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